En cualquier lugar con acceso a Internet, hoy en día es común pasar de responder un mensaje en WhatsApp, a confirmar una reunión de trabajo, para luego leer una noticia sobre una guerra internacional, saltar a un meme sobre un político local o continuar con un video de un influencer que habla tanto de su deporte favorito como de un problema ambiental. A pesar de la brecha tecnológica con raíces sociales¹ existente en países de regiones como América Latina, es evidente que la web, las redes sociales y las constantes innovaciones de la era digital —como el auge de las aplicaciones de inteligencia artificial— han alterado el ritmo y la forma en la que muchos nos relacionamos, trabajamos, informamos y educamos.

El mar de estímulos y efectos, mediado por la hiperconectividad², implica múltiples desafíos sociales e individuales. Administrar el tiempo y la atención para evitar la procrastinación; disminuir la ansiedad que puede producir el aumento de la dopamina por el uso del celular, diferenciar la información falsa de la verdadera, comprender los intereses políticos tras tendencias como la polarización política, mitigar el aumento de la brecha laboral con el auge tecnológico, o mantener unida a la sociedad, son algunos de dichos retos. Con ello, la disputa sobre qué ver o leer, cómo sentir e interpretar, está constantemente en juego.

«La gente está abrumada con la deuda digital y bajo presión en el trabajo (…) están recurriendo a la IA para aliviarse», dijo Colette Stallbaumer, directora del chatbot Copilot, a partir del Índice de Tendencias del Trabajo 2024 de Microsoft⁴, basado en una encuesta a 31 000 personas de 31 países. / Imagen: Freepik

Así, de acuerdo con el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman, vivimos en un contexto de modernidad líquida global³, que refleja una continua e inestable transformación tecnológica, mental, económica, política, ambiental y cultural. En este escenario, es necesario reconocer que aquello que gana la atención es también una responsabilidad de las instituciones y actores vinculados a la producción y circulación de datos, información y conocimientos.

Para ello, es vital aceptar que ya no basta con abordar la búsqueda de lo verdadero o lo mítico desde una perspectiva disciplinaria o evangelizadora. Decisiones a diversas escalas sobre medio ambiente, educación, salud o identidad, son temas en los que, por ejemplo, las ciencias, el arte, la filosofía, la historia y la comunicación pueden contribuir en conjunto. Así, la promoción del diálogo interdisciplinario, plural entre conocimientos y saberes, como acto holístico que busca desestructurar dicotomías y clarificar los flujos, redes e intereses que median en la construcción de los discursos, se convierte en un compromiso social y político colectivo.

El mito de Eco y Narciso aborda simbólicamente el fenómeno físico del eco, el origen de la flor del narciso y la tragedia de las personalidades egocéntricas. Estas interpretaciones surgieron de la subjetividad, la cultura y los contextos intelectuales del arte a lo largo de su historia. Esto ejemplifica la influencia de conocimientos y saberes en la representación, comprensión y apropiación sobre un problema en una determinada época. / Imagen: John William Waterhouse - Walker Art Gallery

Con esa perspectiva, la Revista Bioika cambió la frecuencia de publicación, y ahora tiene una edición continua, en busca de contribuir a la construcción de diálogos socioambientales. Este cambio es también un reconocimiento a los que no viven hiperconectados; quienes también representan visiones comunitarias, por medio de líderes y actores sociales que plantean alternativas para la construcción de un mundo menos desigual y más sostenible. Estas miradas permiten reconocer dimensiones culturales críticas, necesarias para consolidar la investigación como una forma de cohabitar a través de la curiosidad, la consciencia y solidaridad.

Te invitamos a conocer la Revista Bioika, a contactarnos a editorial@revistabioika.org para resolver tus inquietudes o compartir tus ideas. También te animamos a enviar tus propuestas para la edición 2024, ahora publicada en edición frecuentemente actualizada.

Conoce las secciones y somete tus propuestas en: https://revistabioika.org/es/somete-tus-propuestas/

Referencias

1. Martín Barbero, J. (2010). Comunicación y cultura mundo: nuevas dinámicas mundiales de lo cultural. Signo y pensamiento, 29(57), 20-34. http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S0120-48232010000200002&script=sci_arttext&tlng=es
2. Quan-Haase, A., Wellman, B., Witte, J. C., & Hampton, K. N. (2002). Capitalizing on the net: Social contact, civic engagement, and sense of community. The Internet in everyday life, 291-324. https://www.academia.edu/download/40218599/Capitalizing_on_the_Net_Social_Contact_C20151120-28699-1ayf81t.pdf
3. Bauman, Z. (2013). Culture in a liquid modern world. John Wiley & Sons. https://books.google.com.co/books?id=R45A92rFu8AC&lpg=PT5&ots=wYMtfHFib0&dq=Culture%20in%20the%20world%20of%20liquid%20modernity&lr&hl=es&pg=PT5#v=onepage&q=Culture%20in%20the%20world%20of%20liquid%20modernity&f=false
4. Wired. (s. f.). Burnout empuja a trabajadores a usar IA aunque jefes ni se enteren. Recuperado de https://es.wired.com/articulos/burnout-empuja-a-trabajadores-a-usar-ia-aunque-jefes-ni-se-enteren