¿Se puede decir que la cuenca del río Magdalena es la más importante de Colombia? Si se consideran algunos aspectos claves, probablemente sí. A pesar de que solo corresponde al 23 % del territorio nacional, alberga al 80 % del total de la población humana. Es una cuenca que nace y desemboca en Colombia, atraviesa el país de sur a norte y termina su recorrido en el Caribe. En este trayecto, cambia de ambientes pasando de ríos estrechos y corrientosos a zonas planas con numerosas lagunas conocidas como ciénagas, que ayudan a regular el nivel de agua de la cuenca durante las épocas de inundación. Debido a esta gran variedad de ambientes, se encuentra allí también una gran diversidad de fauna y flora.
Entre los organismos más relevantes de la cuenca del río Magdalena se encuentran los peces, por su importancia para las comunidades locales. En esta región se registran 220 especies de peces, que corresponden a las más estudiadas del país2. Sin embargo, hay muchas cosas de su biología que no conocemos y muchas de estas especies están en diferentes grados de amenaza por diferentes causas, como la sobrepesca, la contaminación, pérdida de hábitat, entre otras. Por esa razón, muchos investigadores se han enfocado en estudios que permitan saber más de estas especies, lo que podría favorecer su conservación.
Entre estas investigaciones, hoy destacamos la liderada por Javier Alejandro Maldonado y colaboradores en el año 2011, en la cual se propusieron incrementar el conocimiento de una especie muy particular y endémica3 para la cuenca del Magdalena, es decir que no se encuentra en otro lugar del mundo. Se trata del pez conocido como “perrita” (Apteronotus magdalenensis), representante de este grupo de los excepcionales peces eléctricos que solo habitan en América, capaces de emitir campos eléctricos de diferentes magnitudes, dependiendo de la especie. Esta especie fue descrita por el investigador Cecil Miles en 1945 a partir de tres ejemplares preservados en alcohol, de los cuales hoy en día solo quedan dos y reposan uno en el Museo de Historia Natural de Londres (BMNH) y otro en el Museo Nacional de Estados Unidos en Washington D.C (USNM).
Durante décadas se han dado numerosas discusiones entre los científicos, tratando de afinar la descripción del pez “perrita” y de resolver la posición que esta especie ocupa dentro de la clasificación de los peces. Maldonado y sus colegas, en el artículo del año 2011 que aquí reseñamos, hicieron parte de esta discusión, aportando nuevas informaciones que permitieron tener mayor claridad sobre diferentes aspectos tales como la coloración, algunas características morfológicas, sus órganos eléctricos, aspectos ecológicos y generalidades del estado de conservación. Para esto los autores estudiaron ejemplares de la especie que fueron recolectados en diferentes expediciones en las últimas décadas y que están almacenados en diferentes museos en Inglaterra, Estados Unidos y Colombia.
Dentro de los resultados más importantes los investigadores encontraron algunas variaciones morfológicas que son importantes en la identificación de la especie. Por ejemplo, encontraron que los animales crecen más de lo reportado por Miles, así como sus aletas anales, que son más grandes de lo que se creía. Encontraron además variación en el tamaño de algunos huesos de la cabeza y en la coloración. Así mismo reportan una distribución mucho más amplia con respecto a la original que era muy restringida (solo para el municipio de Honda, Tolima). Con este trabajo se constató que la especie se encuentra además en zonas más bajas del río Magdalena, a la altura de Puerto Berrío, río Sogamoso cerca de la desembocadura en el departamento del canal principal del río Magdalena, y en el río Cauca, cerca de Caucasia.
Los autores analizaron en campo algunos ejemplares capturados en Honda (Tolima, Colombia) y establecieron que los campos eléctricos emitidos por machos y hembras no fueron diferentes ni en la altura, ni en amplitud, ni en la frecuencia de las ondas emitidas. Sin embargo, sugieren que es posible que estos atributos presenten cambios durante el cortejo.
Actualmente se sabe que la especie también está presente en el río Sogamoso cerca a la desembocadura en el río Magdalena en el departamento de Santander
En cuanto a la reproducción, al evaluar los animales guardados en los museos ya mencionados, encontraron gónadas maduras (listas para liberar huevos y semen), durante los periodos de inundación y sequía, lo que podría indicar que esta especie presenta periodos reproductivos largos durante el año. Estudios anteriores revelaron que se alimenta principalmente de larvas de insectos. Sobre su abundancia, queda claro que es necesario seguir investigando, pues, aunque la literatura afirma que son escasos, los pescadores locales afirman que no lo son tanto e incluso eventualmente lo consumen en la región como pesca de subsistencia.
La “perrita” (Apteronotus magdalenensis) fue clasificada por Mojica et al., (2012) como vulnerable (VU)4, debido principalmente a la falta de información en ese entonces, pues existían pocos y antiguos registros, lo que sugería una distribución geográfica restringida y bajas abundancias. Muchos de estos criterios fueron replanteados en el trabajo de Maldonado y colaboradores, a pesar de esto, los autores recomendaron mantener la categoría de amenaza como vulnerable, pues factores como contaminación, deforestación, presencia de aguas residuales industriales y domésticas pueden comprometer su presencia en la zona.
El estudio del pez eléctrico ‘perrita’ contribuye a consolidar la identificación de amenazas que afectan a los peces de la cuenca del Magdalena, esenciales para las comunidades ribereñas
La recopilación de información biológica y ecológica de esta especie endémica de la cuenca del río Magdalena contribuye notablemente a su conservación. En la medida que se conozcan sus requerimientos ecológicos y ambientales, será posible orientar las medidas de manejo para protegerla. Pero ¿por qué es importante esta especie de poca abundancia y sin valor comercial? En primer lugar, porque puede ser una fuente alternativa de proteína animal para las poblaciones ribereñas y, en segundo lugar, porque como señalaron los autores, los factores que la amenazan en la actualidad son precisamente los mismos que amenazan a otras especies, que por su valor comercial se consideran de mayor interés. Así, entre más información ecológica se obtenga de los ecosistemas que habitan, se promueve la conservación y manejo más eficiente de otras especies que pueden ser consideradas más “importantes” por su valor comercial, cultural y ecológico, como es el caso del bocachico y el bagre.
Referencias
- Galvis, G. y J. I. Mojica. 2007. The Magdalena River freshwater fishes and fisheries. Aquatic ecosystem health and Management 10 (2): 127-139.
- DoNascimiento, C.,
Herrera-Collazos, E.E., Herrera-R.,
G.A., Ortega-Lara, A., Villa-Navarro,
F.A., Usma-Oviedo, J.S.,
Maldonado-Ocampo, J.A. (2017).
Checklist of the freshwater fishes of
Colombia: a Darwin Core alternative
to the updating problem. ZooKeys,
708, 25 - 138. ISSN: 1313-2970.
- https://dej.rae.es/lema/end%C3%A9mico-ca
- https://www.iucn.org/es/regiones/am%C3%A9rica-del-sur/nuestro-trabajo/pol%C3%ADticas-de-biodiversidad/lista-roja-de-uicn
Artículo original disponible en: https://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1679-62252011000300005