La reducción de las actividades humanas debido al aislamiento forzado durante la pandemia de la COVID-19 ha tenido algunos efectos sobre la calidad ambiental. Las políticas gubernamentales para combatir el nuevo coronavirus han alterado drásticamente los patrones de demanda de energía en todo el mundo. Muchas fronteras internacionales se han cerrado y las poblaciones se han limitado a sus hogares, lo que ha reducido el uso del transporte y ha cambiado los patrones de consumo. En un estudio publicado en mayo de este año, en la revista científica Nature Climate Change, Corinne Le Quéré y sus colegas encontraron una reducción temporal de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) como efecto del aislamiento social1.
La COVID-19 se identificó por primera vez el 30 de diciembre de 2019 en China y se expandió rápidamente a Corea del Sur, Japón y Europa (principalmente a Italia, Francia y España). En América, se reportó por primera vez en Estados Unidos entre finales de enero y mediados de febrero. El 11 de marzo de 2020 alcanzó proporciones globales y la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia. Sin suficientes pruebas en la mayoría de los países, sin medicamentos ni vacunas comprobadas, los expertos indicaron el aislamiento social como la única medida disponible para reducir y aplanar la curva de propagación2,3.
Con el aislamiento social, se redujo el uso del transporte terrestre y aéreo, disminuyó la producción industrial y cambiaron los patrones de consumo de las personas. Como resultado, las emisiones globales diarias de CO2 (uno de los principales gases responsables del efecto invernadero) disminuyeron en promedio 17 % a principios de abril de 2020 en comparación con los niveles promedio de 2019. La emisión global del transporte terrestre cayó un 36 %, aportando la mayor contribución (43 %) al cambio total en las emisiones. También se presentó la disminución del 60 % en el sector de la aviación, 21 % en el sector público, 7,4 % en el sector energético y 19 % en el sector industrial. Así, las emisiones del transporte de superficie, la energía y la industria fueron los más afectados en términos absolutos, representando el 86 % de la reducción total de las emisiones a nivel global.
La disminución total en las emisiones de CO2 entre enero y abril de 2020 se estimó en –8,6 % en comparación con el mismo período de 2019. Sin embargo, el impacto en el valor anual de este año dependerá de la duración del aislamento social implementado en diversos países. Una estimación baja predice una reducción promedio del 4 % si las condiciones previas a la pandemia regresan a mediados de junio, mientras que una estimación alta predice una reducción promedio del 7 % si algunas restricciones permanecen en todo el mundo hasta el final del 2020. Si se mantuviera esa tasa de reducción anual, el mundo podría cumplir los objetivos del Acuerdo de París, relacionados con medidas para combatir el cambio climático y limitar el aumento de la temperatura del planeta.
Mantener estos patrones de emisiones de gases a la atmósfera no es tan simple, pero la experiencia vivida durante la pandemia presenta nuevas alternativas para cambios de comportamiento, incluso después de la recuperación económica.
Entre ellos están la posibilidad de expandir la oficina en casa (teletrabalho) para algunos sectores de la economía, lo que reduciría el uso del transporte de superficie; la sustitución de viajes de negocios frecuentes por videoconferencias, y la reducción del consumo de bienes. Además, es probable que las acciones gubernamentales y los incentivos económicos para las empresas en un escenario posterior a la crisis influyan en el camino de las emisiones globales de CO2 durante décadas. Los gobiernos tiene el poder de condicionar estos incentivos al desarrollo sostenible de las empresas.
Por lo tanto, la crisis causada por la COVID-19 ha demostrado que el actual modelo de desarrollo económico y los patrones de consumo adoptados en el mundo impactan de una forma sin precedentes e irreparable al medio ambiente. Así pues, los gobernantes deben proponer políticas públicas basadas en una base científica que tengan como objetivo reducir las emisiones de carbono para enfrentar los desafíos del cambio climático.
Mais información:
- Quéré, C. L.; Jackson, R. B.; Jones, M. W.; Smith, A. J. P.; Abernethy. S.; Andrew, R. M.; De-Gol, A. J.; Willis, D. R.; Shan, Y.; Canadell, J. G.; Friedlingstein, P.; Creutzig, F.; Peters, G. P. (2020) Temporary reduction in daily global CO2 emissions during the COVID-19 forced confinement. Nature Climate Change. https://doi.org/10.1038/s41558-020-0797-x
- Coelho, M. T. P.; Rodrigues, J. F. M.; Medina, A. M.; Scalco, P.; Terribile, L. C.; Vilela, B.; Diniz-Filho, J. A. F.; Dobrovolski, R. (2020 - in press). Exponential phase of covid19 expansion is not driven by climate at global scale.
- Kraemer, M. U. G.; Yang, C. H.; Gutierrez, B.; Wu, C. H.; Klein, B.; Pigott, D. M. et al. (2020). The effect of human mobility and control measures on the COVID-19 epidemic in China. DOI: 10.1126/science.abb4218
- Folha de São Paulo (2020). https://www1.folha.uol.com.br/ilustrissima/2020/05/amazonia-vive-pandemia-de-destruicao-com-covid-19-e-ofensiva-de-bolsonaro.shtml
- Podcast Café da manhã – Folha de São Paulo (2020). https://www1.folha.uol.com.br/podcasts/2020/05/podcast-explica-impacto-ambiental-da-pandemia-ouca.shtml